Existía la antigua creencia que esta hermosa escultura otorgaba poderes excepcionales a quién la poseyera ya, que inexplicablemente, se mantuvo de pie cuando los romanos conquistaron la ciudad etrusca de Veyes.
En sí, es una escultura realizada en el estilo etrusco tardío, de gran influencia helenística, elaborada en terracota, de tamaño natural, de aproximadamente 1.80 mts, representa al Dios Apolo (550 a 520 A de C) en una escena en donde también participa Hércules, luchando ambos sobre la cierva de Cerinia en el santuario de Minerva en Portonaccio. Apolo se encuentra vestido en una túnica, una capa corta y sostenido en una base columnar finamente esculpida al estilo etrusco, su cabeza presenta un impecable peinado, del cual sobresalen rizos que caen en la parte superior de su espalda, aunque ha perdido prácticamente los antebrazos, Apolo, al parecer, avanza con su brazo derecho estirado mientras que el izquierdo parecíese que portase un arco. En la imágen completa, Hércules muestra a la cierva atada a sus piernas y se estira a la derecha para atacar con su porra.
La escultura fue hallada en 1916, en el tempo de Portonaccio el cual fue construido en honor a Minerva, perteneciente a la antigua ciudad etrusca de Veyes en el Alto Lacio. Se atribuye a Vulca el único escultor etrusco conocido.