Progresion21 – La mente es como un paracaídas, funciona cuando está abierta La mente es como un paracaídas, funciona cuando está abierta
Esta Orden todavía existe. En la época del Medioevo se constituyeron en una Orden de monjes guerreros que participaron en las Cruzadas, y cuyos miembros eran particulares: podían ser leprosos. La Lepra fue una enfermedad muy contagiosa y extendida en esa época y su propagación resultaba favorecida por el entorno insalubre que caracterizaba las campañas militares destinadas a conquistar la Tierra Santa para la Cristiandad. Instituir una agrupación donde tuvieran cabida los caballeros que sufrían ese mal les pemitió continuar ejerciendo su vocación. Eso sí, los guerreros enfermos debían siempre llevar colgadas las llamadas Tablillas de San Lázaro, su santo patrón, cuyo sonido avisaba al resto de la población de que se aproximaban.
Los Lazaristas, como se conocerían a estos hombres, fueron escogidos como escoltas del Rey Balduino y es que el mismo estaba afectado por la Lepra, lo cual le acarreó el sobrenombre del Rey Leproso. Enseguida destacaron por luchar aguerridamente, sin temor a la Muerte, pues sabían que ese sería su destino tarde o temprano. Se dice que uno de sus caballeros, Gismond d´Arcy, se arrancó un Brazo en plena batalla y se lo tiró a los musulmanes para asustarlos y proteger a su señor Balduino, que había caído y estaba rodeado de sus enemigos. Los lazaristas brillaron especialmente por su participación en la Batalla de los Cuernos de Hattin (1187), donde protegieron las reliquias de la Santa Cruz.
