Considerado como un trabajo inacabado, este retrato manifiesta la ya temprana influencia de Gala en la vida diaria del Maestro. Realizado como un óleo sobre madera, de pequeñas dimensiones -13 x 16 cms-, y expuesto en la Fundación Gala-Salvador Dalí de Figueres, España, muestra un irregular contorno, o si se quisiese denominar, perímetro en donde predomina el rostro de Gala de perfil. como siempre, la imagen de la Musa es impecable, realista, de extraordinarias facciones y matices cromáticos, la expresión labial es dulce, el perfil nasal marcadamente trabajado así como la frente. El implante del cabello es muy realista y nos llama la atención el pabellón auricular correspondiente ya que no se encuentra coloreado, formando parte del fondo blanco, aunque los trazos anatómicos del mismo se encuentran bien definidos como las estructuras que forman el cuello, tal vez no le dio tiempo al Artista de finalizarlo o bien, dedicarse a otra obra.
Del cabello de la dama surgen un sin fin de ramas con múltiples hoja, algunas de estas se encuentran discretamente esparcidas sobre la superficie pero la mayoría en su rama correspondiente. En la parte contralateral, se distinguen unos cuantos cabellos rizados que caen adyacentes a la parte inferior del mentón. El fondo que se relaciona con la cara, es de color claro mientras que la del resto de la imagen es obscura. En esta pequeña obra, Dalí tal vez quízo resaltar la importancia de su mujer como dadora de vida o, tal vez, como una esperanza para la Primavera.