En los fríos lagos en lo que ahora es localizada Escocia, un extraño pez de la familia de los Placodermos realizaba el acto sexual en la forma que la efectúan el hombre y la mujer: por cópula. Estamos hablando de cerca de 385,000,000 de años y hasta hace unos meses, investigadores de la Universidad de Flinders en Australia a cargo del Dr. John Long, paleontólogo, descubrieron, tras analizar fósiles de estos primitivos peces acorazados, que los machos poseían una extremidad cilíndrica en la zona pelvica parecida al pene de los mamíferos o a los pterigopodios de los animales marinos modernos. Este órgano se anclaba en el interior de la hembra para transferir el esperma, curiosamente, las hembras poseían huesos que sujetaban el órgano sexual del macho.
Con tales datos, estos fósiles simbolizan la evidencia de la reproducción sexual más antigua de un vertebrado, sin embargo lo más relevante es que esto demuestra que la fertilización interna apareció antes que la correspondiente externa, pues las hipótesis científicas decían lo contrario.