En Mayo del 2016, investigadores Universidad de Cambridge en Inglaterra, construyeron, en base a la observación sobre las cargas que soportan las hormigas, un motor nanométrico capaz de mover hasta 50 veces su peso. Tiene mediciones que oscilan en las millonésimas de metro y utiliza la luz para obtener energía. El prototipo esta confeccionado con pequeñas partículas de Oro unidas a polímeros sensibles a la temperatura.
Esta combinación tiene la propiedad de constituir un gel que al calentarse con un láser hace que las partículas de agua se separen y las de Oro se junten entre sí, cuando el gel se enfría, los polímeros se hidratan y se expanden mientras que las partículas áureas salen expulsadas como si fueran un resorte. Este proceso es lo que provoca la fuerza motriz. Su utilización en un futuro no muy lejano sería en el área de Nanorrobótica, impulsando nanomáquinas para desplazarse en el agua e incluso con la magnífica posibilidad de entrar en las células humanas para combatir enfermedades.