Desde el año 2009, la Fundación Nacional para la Ciencia de los Estados Unidos, con apoyo de la Universidad de Harvard, se ha lanzado a la creación de un diminuto robot de un peso aproximado de 84 gramos y más pequeño que una abeja el cual tiene las funciónes, en un futuro más que inmediato, de la supervisión del medio ambiente, operaciones de búsqueda y rescate, comunicación a distancia y polinización artificial. El prototipo actual puede nadar e incluso, para ahorrar energía, posarse durante el vuelo como lo hacen algunos pájaros, mariposas y murciélagos.
Cuenta con un parche de electrodo que le permite adherirse a cualquier tipo de superficie sea madera, hojas o vidrio, también tiene la propiedad de aletear gracias a unas tiras de cerámica que se expanden y contraen cuando se aplica un campo eléctrico; estas alas pueden moverse 120 veces por segundo. A pesar que el desarrollo de este robot tiene grandes ventajas, su vuelo consume grandes cantidades de energía y las limitaciones actuales en cuanto al almacenamiento de esta todavía persisten por lo que se considera que este pequeño mecanismo robótico estará listo dentro de unos 5 a 10 años