Localizada en la iglesia del convento de Genrode, en Alemania, esta es una pieza escultórica que a la fecha se encuentra formando parte del Santo Sepulcro en la misma iglesia, su fecha de creación mantiene controversias ya que para ciertos historiadores alemanes fue esculpida entre 980 y otros en el 1100. Está considerada como una de las más extraordinarias cabezas esculpidas en el Arte Romanesco del norte europeo, el escultor realizo un espléndido trabajo dando pauta a unas facciones de manifiesto realismo: la expresión facial es de poder y determinación por otra parte también denota fe, características de otras cabezas esculpidas en el país teutónico. Descriptivamente, la escultura muestra el consabido paso del tiempo, en términos anatómicos, la cabeza es larga, los ojos son grandes, la pirámide nasal se encuentra parcialmente deteriorada, el cabello es largo y muy bien esculpido, barba cerrada, no hay bigote, los surcos nasogenianos y la comisura labial son perfectamente demarcados.
La obra denota cabal expresividad. Es uno de los trabajos mejor realizados en lo que a cabezas esculpidas se refiere durante la Edad Media alemana.