Este brillante científico inglés, nacido en 10 de octubre de 1731 en Niza, Francia, es un caso muy particular de excentricidad. Fue el descubridor del Hidrógeno y pionero de la Electricidad, desde estudiante se destaco por su timidez, silencio y aplicación para el estudio, era tan tímido con las mujeres que mandó construir una escalera adicional en su casa para evitar ver a su ama de llaves. Pidió a la servidumbre que evitaran tocarlo y ordenó que nunca lo vieran a los ojos.
Las personas que deseaban conversar con él sobre temas científicos no podían verlo directamente al rostro sino fingir que hablaban al aire, y no obtenían muchas respuestas directamente -salvo por escrito-; en realidad gente de su círculo íntimo llegaron a escucharlo decir algunas palabras. Perteneció a la Sociedad Lunar de Birmingham, nombre dado a este grupo de prestigiados científicos porque se reunían sólo en las noches de Luna Llena, dentro de estos tenemos a Joseph Priestley, James Watt. Erasmus Drawin y otros. Esta timidez paralizante le impidió en su momento publicar muchos de sus más importantes trabajos científicos.
Cuando falleció el 24 de Febrero de 1810, dejó cajas repletas de documentos referentes a experimentos eléctricos, abundantísimas notas y una cuantiosa fortuna. Fue Socio de la Royal Society y la Cátedra Cavendish se encuentra todavía en la Universidad de Cambridge.