Trabajada en Porcelana y Cerámica, esta escultura de un corcel nos muestra el gran respeto y admiración que los artistas chinos manifestaban por los caballos. Aquí observamos una fiel copia de uno de estos animales en donde se destaca, sobre todo, el Cuerpo robusto, Patas grandes con Pezuñas perfectamente esculpidas, Cola pequeña, Crin que se confunde con el grueso Cuello del animal y la gran Cabeza que alberga todas las características anatómicas de un caballo.
La superficie escultórica se encuentra levemente alterada por el paso del Tiempo. Una fiel representación de un animal que causo siempre una profunda admiración en las Grandes Culturas.