Sobre unas superficies desoladas, sin muestras de vida, un discreto monte al fondo de color amarillo y una casa de pared desgastada con una pequeña puerta, se observa una figura fantasmagórica: una pequeña mesa de noche en la que se encuentra apoyado un cráneo de forma triangular, con base superior y vértice inferior en donde sobresalen 2 enormes cavidades orbitarias así como una boca que muestra unos dientes bien delineados, lo curioso es que estos se continúan en una delgada prolongación la cual está sostenida por una especie de muleta llegando hasta lo que es un piano de cola, este instrumento se encuentra levitado como si la prolongación craneal lo estuviese alzando, lo curioso es que esos dientes se transforman en las teclas del instrumento.
Aunque sencilla en sus manifestaciones pictóricas y cromáticas, la Obra nos muestra el estado mental del Pintor: depresivo, melancólico, continuando con su evocación al “Método Paranoico-Crítico”, como si tratase de que un objeto real sugiriera, de un modo real, a otro objeto no menos real. Realizada en 1934. Oleo sobre madera. 24 x19 cms, Colección privada.