Fue hace exactamente 7 días -el día primero del presente mes- cuando un grupo de individuos de ambos sexos se me acercó saliendo del edificio en donde realizo la práctica médica privada. Para mi sorpresa, me abordaron preguntándome cuál era mi pensar acerca del inminente Fin del Mundo (¿¿¿???) a lo cual respondí que todo se trataba de una errónea interpretación del calendario maya y que no ocurriría nada de importancia, salvo un alineamiento planetario.
Súbitamente, el Ing R. me comentó que ya los extraterrestres estaban con nosotros, haciendo experimentaciones y que salvarían solo a “los elegidos” -¿quiénes son?, me pregunte-, una joven me dijo que ya aviones de color negro se encontraban surcando el cielo veracruzano lanzando sustancias cancerígenas, hé ahí el motivo o causa de la alta incidencia de esta enfermedad en nuestro país, otro joven, constantemente aclarandome que no se trataba de paranoia, me refirió que el Proyecto HAARP norteamericano iba a causar grandes desgracias para este fin de año y que deberíamos de prepararnos para una catástrofe de inimaginables consecuencias, una señora entrada en años me constató que el Dr. M, conocido mío, se encontraba preparando una sustancia que contrarrestara los efectos de las radiaciones cósmicas que no tardarán en asolarnos.
TODO LO QUE ESTOY COMENTANDO ES VERDAD. En lo más mínimo quise entrar en discusión alguna, lo único que pensé fue en la gran ignorancia de la gente ¿y porque no?, en la estupidez propia, característica del ser vivo “más inteligente” del planeta.