Hace unos meses, investigadores del Instituto Max Planck de Ecología Química, en Alemania, descubrieron el mecanismo que evita que las langostas migratorias (Locusta migratoria) se coman unas a otras cuando invaden los campos de cultivo del Mundo en forma de plagas. Se percataron que cuando estos insectos se encuentran en fase gregaria formando colonias de millones de organismos, las langostas má jóvenes comienza a sintetizar una feromona llamada Fenilacetonitrilo (PAN) que desprende un desagradable olor y les auxilia para no ser devoradas por otras langostas, además, se activa un receptor olfativo, responsable de detectar PAN e impulsar a la no ingesta de estos insectos, sin embargo; aquellos organismos incapaces de producir feromona suelen ser canibalizados, en tanto, quiénes no poseían los receptores olfativos no tuvieron ningún problema e ingerir a otras langostas, aun cuando produjeran PAN.
Todavía, principalmente en países africanos, estas plagas tiene un alto impacto en la economía y en la producción de alimentos por lo cual esta investigación podría ayudar al desarrollo de futuros métodos de control de este azote del cual ya se tenían referencias desde los tiempos bíblicos.