Si Waldemar Julsrud fue engañado por más de 20 años en los que compró y colecciono más de 32,000 piezas CREADAS por una familia local, estaríamos ante un evidente caso de increíble incapacidad para poder diferenciar lo real de lo falso. Creo que este no es el caso. Julsrud se topó de frente con una realidad la cual no es aceptable -BAJO NINGUNA CIRCUNSTANCIA- por el Oficialismo Científico.
Recuerdo que tan solo hace unos años, la moda en los temas paracientíficos era DESMENTIR TOTALMENTE los hechos que por años habían perturbado la la Ciencia Oficial (¿¿¿???); por ejemplo, las Piedras de Ica, los descubrimientos, en ese entonces nuevos, de cámaras hasta entonces secretas en las pirámides egipcias, las Líneas de Nazca y muchos otros casos en otras áreas de dichos temas, lo cierto es que hasta le fecha NO EXISTE REALMENTE UN REPORTE CIENTIFICO sobre las Figuras de Acámbaro.
Nadie se ha tomado la molestia de llegar hasta el meollo del asunto y más si se dice que hombres y criaturas del Cretácico convivieron juntos. Lo he comentado muchas veces: las dataciones de la antigüedad de los pre-humanos cada vez se hacen más y más distantes A PESAR DE LA INCOMODIDAD DE LOS “CIENTIFICOS”, se ha ACEPTADO este hecho lo cual “trastorna” al Oficialismo. Las Figuras de Acámbaro – en pleno siglo XXI-, deben de ser analizadas en una forma HONESTA Y DESINTERESADA como Charles Hapgood lo hizo con los mapas de Piri Reis.