Es conocido el hecho de que los primeros escultores griegos estuvieron interesados principalmente en la realización de trabajos representando figuras humanas, sin embargo, no dejaron a un lado las representaciones artísticas de animales los cuales con posterioridad, también aparecerían en otras formas de Arte, en historias mitológicas, ya sea acompañando a los dioses o atacándolos y también siendo parte de la familia humana o manifestándose como sus enemigos. En el Periodo Helenístico, las representaciones zoomorfas forman parte de un tema independiente debido al interés creciente del proceso vital en todas sus formas. Este bello ejemplar de carnero realizado en Bronce es una muestra de lo antes referido, el cual fue integrado a la decoración de un templo en Siracusa.
La escultura demuestra un enorme realismo. El animal se encuentra a punto de levantarse del suelo, mostrando un cuerpo robusto, el cual da la impresión que esta realmente cubierto de pelo, la cola se encuentra discretamente enrollada excelentemente trabajada, la proporción de las patas es resaltable en relación al cuerpo y cabeza, en esta se encuentra manifiesto un gran trabajo del escultor ya que las proporciones de pelo, cuernos, hocico y demás estructuras faciales es de un realismo impresionante. Un trabajo magnífico, propio de los espléndidos escultores griegos. Actualmente se encuentra en el Museo de Palermo y se constituye en una referencia obligada de la incipiente Escultura Griega.