Científicos de la Unión Geofísica Americana tras analizar 32 años de datos de mapas topográficos obtenidos a partir de satélites adaptados con sensores térmicos-infrarrojos para monitorear temperaturas, determinaron que el día 10 de Agosto de 2010, una franja de de 1,000 kilómetros en la Antártida, localizada entre las cimas de hielo Angus y Fuji en la Cordillera Antártica Oriental se convirtió en el lugar más frío de la Tierra. Ahí las temperaturas descendieron a 93.2 grados Celsius bajo cero, rompiendo la antigua marca conseguida en 1983 de 89.2 grados de la misma escala, sin embargo el 31 de Julio del 2013, la temperatura descendió hasta 93 grados sin llegar al récord obtenido en 2010.
Los expertos explicaron que en esa zona el aire helado queda atrapado sin la posibilidad de recibir calor del exterior e irradia hacia el espacio el poco que le queda, lo cual provoca un enfriamiento continuo hasta alcanzar estas temperaturas extremas