En esta peculiar obra, encontramos distintas imágenes, aparentemente sin relación entre sí, pero distribuidas en distintos planos en donde se encuentran dibujadas, en sí, el paisaje es una planicie desolada a excepción de la formación rocosa que se encuentra en el horizonte. El cielo, como en muchas de sus obras durante esta época, muestra nubarrones y una discreta abertura en donde se contempla un parte azul celeste. La concepción del macizo rocoso es magnífica con muy buen juego de luces y sombras y variado colorido, la planicie es café clara hasta la parte inferior del cuadro en donde aumenta de color. Si analizamos con detenimiento, las muy diversas figuras humanas podría estas parecer dismorficas, incluso disonantes, sin embargo presentan diversas actitudes: unas se encuentran solitarias, otras corren o huyen de un enemigo invisible, otras tratan de saltar una cuerda, otras parecen pedir ayuda, otras se desplazan en bicicletas, hay mujeres con la cabeza baja, agachadas, grupos rodeando a personas caídas, niños con sus madres, etc, etc. Existe una interesante y simbólica forma de una cabeza y otra más, al acercarse al horizonte, sin embargo, las imágenes predominantes son un trío de mujeres con las caras fantasmales, desorbitadas, de las cuales, una de ellas se lleva la mano a la misma como si estuviese llorando y las otras 2 con expresiones de terror y/o locura hablan con un hombre anciano de barba que muestra una expresión de sorpresa y/o miedo.
Dalí trató de manifestar en éste, como en otros cuadros, el terrible momento que estaba viviendo: La Guerra Civil Española. Oleo sobre tela. 65 cms. x 65.5 cms. Foundation Emanuel Hoffman. Kuntsmueum. Basel. Basilea.