Desde finales del año 1995, científicos chinos y norteamericanos aportaron pruebas convincentes de que la gran extinción en masa que se produjo en el Pérmico, hace cerca de 250 millones de años, tuvo lugar a causa de una erupción volcánica de descomunales proporciones cuya lava se extendió y llegó a sepultar miles de kilometros cuadrados de lo que ahora es Siberia. En el 2009, científicos británicos de la Universidad de Leeds con su contraparte chinos confirmaron este hecho, sin embargo el lugar donde se produjo esa muestra de “supervulcanismo” no fue en Siberia sino al sur de China.
El hecho más sorprendente es que los científicos han podido determinar con exactitud el momento de la explosión volcánica y el fenómeno de extinción en masa, esto debido a que el fenómeno ocurrió en aguas poco profundas, por lo cual es posible estudiar conjuntamente las capas de magma junto con los millones de fósiles marinos que ahí se encontraron. Otro fenómeno relacionado fue que la entrada del magma hirviente hacia las aguas marinas produjo una gran cantidad de dióxido de azufre, provocando la aparición de enormes cantidades de nubes que se desplazaron por todo el mundo dejando caer su lluvia ácida acompañandose esta de un notable descenso en la temperatura. Estos fenómenos dieron pauta a que muchas especies no se desarrollasen adecuadamente o bien se extinguiesen.
En conclusión, haya sido en Siberia, China, u otro lugar, este fenómeno ha podido despejar, aunque parcialmente, la relación importantísima entre las erupciones volcánicas, los cambios medioambientales globales y sobre todo, sus efectos en las formas vivientes.