Las figuras de Tristán e Isolda fueron incialmente realizadas por Dalí en 1944 como parte de la decoración para el ballet Bachannale, acompañado por la música de Richard Wagner para ser presentada por primera vez en el escenario en 1944 en el Teatro Internacional de Nueva York. Como tal, la leyenda medieval de “Tristán e Isolda”, fue una de las obras, de orígen celta, que más atrajo la imaginación del Maestro, en ella se cuenta la historia de 2 amantes, revelando el mito del amor imposible en el que se añaden fuertes componentes trágicos, tal y como se presenta en la pintura. Lo interesante de ésta Obra, es que en la partucular perspectiva daliniana, las 2 figuras, aparentemente humanas, se van transformando y por ende, incorporandose al mismo paisaje. De la figura de la izquierda, que representa a una mujer, observamos la tonalidad café, triste, en cuya parte posterior se encuentra una escalinata y de cuyo cuerpo brotan raíces y arbolés de ciprés, uno de los favoritos del Pintor, la cara de Isolda se encuentra cubierta por una planta conocida como Taraxacum officinale (“diente de león”) la cual al contacto con el viento suelta sus partes que recorren grandes distancias. Su contraparte, Tristán, es una figura fantasmal, su cara cubierta por un lienzo y en cuyo cráneo, en su región posterior, brotan unas ramas, extiende sus manos para buscar a la amada, la figura está a punto de resquebrajarse y se envuelve en una túnica de color azul, en su parte posterior, surge una carretilla que evoca al “Angelus” de Millet, obra que obsesionó al Pintor durante toda su vida. Tanto del lado derecho como izquierdo, encontramos 2 muletas rojas, como si hubiesen servido de apoyo a las imágenes antes de encontrarse. La obra, evidentemente, tiene un aire fantasmal que se ve reforzado por lo gris del suelo, la enorme sombra que proyecta Isolda así como el paisaje desolado al fondo, nubes grises, negras y algunos rayos del Sol se observan apenas insinunadose del cielo.
Quizás Dalí tomó como referencia el cuadro de René Magritte, “Los Amantes” (1928) para dar esa imágen de incomunicación, de incapacidad verbal entre estos 2 míticos personajes
Oleo sobre lienzo. 26.7 cms X 48.3 cms. Fundación Gala-Dalí, Figueres, España. 1944.