Así como “El Torero Alucinógeno” y otras Obras de Arte del Maestro, propias de los años 60´s, esta pintura engloba una gratificante orgía de colores asi como de energía, y posee un lugar más que prominente dentro de todo el trabajo del Pintor. Su realización abarcó 2 veranos completos (1966-67). “La Pesca del Atún” es el resultado de 40 años de apasionantes experimentos en la investigación pictórica y en ella encontramos un resúmen- si ése es el término correcto-, de un testamento de Arte del siglo XX ya que en ella confluyen diversas y muy variadas técnicas: El Surrealismo, El Puntillismo, El Tachismo, El Pop Art, El Op Art, el Arte Psicodélico, El Action Painting y La Abstracción Geométrica.
El tema central, cuenta El Artista, le fue relatado por su padre y más tarde reafirmado por sus lecturas de Teilhard de Chardin, el Gran Pensador (ver en ésta misma página los comentario que se hacen a su persona y obra), en que la idea básica de que la Energía, el Cosmos y todo el Universo convergen en un punto, el cual en el presente caso es ésta pintura, que también representa un espectáculos biológico por excelencia. De acuerdo a la descripción que hizo el padre del Maestro de ésta pesca, la representación del mar es de un color azul cobalto para posteriormente teñirse de un rojo intenso dado por la sangre de los peces, conlleva un renacimiento: la muerte de los peces y su carne como alimento a otros seres, incluyendo los humanos, concepto pictórico muy utilizado en distintas épocas; hallamos imágenes clásicas, en la parte media izquierda, la representación de una figura clasica cargando con su brazo izquierdo un atún al cual le es introducido un arpón por otra representación humana, en la parte media una imágen enterrando un cuchillo en el pez y debajo de ella, el rostro y parte superior del tórax con técnica de Pop Art y rodeado de una luminisencia anaranjada, representa, quizás, a algún pescador, junto a él y de pie, se observa a un jóven, suspestamente Dalí, desnudo por su parte posterior, multicolorido, el cual con su red intenta tomar parte de la pesca. En la parte superior se encuentra esa tonalidad rojo-anaranjada del mar como consecuencia de la sangre derramada durante la pesca y se observan lanchas de pescadores en tonos grises, contrastando con el gran colorido de las imágenes adyacentes, casi en parte media superior, se localiza una mujer desnuda, sosteniendose en un solo pie y junto a ella, parvadas de gaviotas y peces saltando fuera de las aguas. Todo esto matizado en un increíble colorido: azul cobalto, verde, anaranjado, rojo, rojo-naranja, amarillo, azul, azul-verde, negro, etc.
Esta inigualable Obra remarca el recuerdo de las conversaciones de Dalí con su padre, plasmadas en una de las pinturas más representativas de la fusión de técnicas y/o estilos más importantes del siglo pasado.
Oleo sobre lienzo. 3.04 mts.x 4.04 mts. Fundación Paul Ricard, Bundol. Francia. 1966-67.