Conocida también como Urna Cineraria, es un vaso trabajado en Cerámica, Piedra, Bronce, Alabastro, Piedra o Mármol, en el que los parientes del difunto recogían sus cenizas y las colocaban en él. Los romanos las llamaron también “ollas” que colocaban en la hornacina familiar o nicho o en un Altar Funerario.
Solían estar decoradas con motivos mitológicos y su relación con la Muerte y su trasmundo. También con vivencias y anécdotas de la vida del difunto. Cabe recordar que en Toscana se encuentran resguardadas en el Museo Etrusco Guarnacci, cerca de 600 urnas cinerarias esculpidas en Toba, Terracota y Alabastro.