Nunca, en mi vida dedicada a la investigación parapsicológica, pude tener contacto con D. Scott Rogo. Su muerte prematura, acaecida el 18 de agosto de 1990 me lo impidió. D. Scott Rogo (1 de febrero de 1950 – 18 de agosto de 1990), fue, desde mi particular punto de vista, uno de los parapsicólogos más importantes que han existido. La seriedad de sus investigaciones, su gran calidad como escritor así como su imparcialidad en el estudio de los fenómenos extraños que nos rodean, le valió el reconocimiento de todos los que de una u otra forma nos implicamos en estos hechos. Fue un destacado miembro de la Psychical Research Foundation con sede en Durham, Carolina del Norte asó como del importantísimo Centro Médico Maimónides de New York. Sus investigaciones enfocadas a las apariciones marianas, milagros religiosos, Poltergeist, fantasmas, etc, etc, fueron decisivas para el desarrollo de la Parapsicología a fines del siglo pasado y principios de éste.
Su tesis se sustentó en que la Mente Humana, esa máquina maravillosa, incomprensible para la mayoría de la gente de esta época, sustentada en la vorágine tecnológica, es el asiento de numerosas manifestaciones psíquicas, desconocidas para la mayoría de las personas, pero también que existen fuerzas ajenas a nosotros en nuestro entorno que pueden actuar en ésa máquina. Sus trabajos siempre fueron muy bien acogidos por investigadores y público en general, sus libros excelentes así como sus métodos de investigación. Recuerdo perfectamente las varias lecturas que hice de su extraordinario “El Universo Encantado”, libro pequeño en dimensiones pero enorme en información, desde luego que tengo los demás pero éste fue especialmente importante para mí.
Sin ningún temor a equivocarme, D. Scott Rogo fue asesinado por “alguien” o por “algunos” que lo consideraban demasiado peligroso, dadas sus investigaciones y conocimientos en este campo, un método común para callar a los individuos incómodos a los gobiernos que desean tener a sus ciudadanos en la ignorancia.
!Descansa en paz D. Scott¡