A pesar de vivir en los inicios del siglo XXI, todavía es posible escuchar comentarios diversos sobre la Hermandad de la RosaCruz, en mis múltiples lecturas y contactos con personas vinculadas, aparentemente, a esta secta, he podido recabar algunos datos y hechos de singular importancia acerca de la misma. Ha sido un verdadero enigma el orígen de ésta singular agrupación, para algunos fue fundada por Juan Valentin Andreae, homónimo de Christian Rosenkreutz, autor de los manifiestos aparecidos en Alemania a principios de 1600, otros han llegado a la conclusión de que dicha orden jamás ha existido, como lo han reiterado el extraordinario pensador tradicionalista René Guénon así como el brillante Fulcanelli, o bien, algunos más creen que se trato realmente de un colectivo aparecido en Alemania, cuya finalidad era concretar un cambio radical en la naciente Europa.
Como es de suponerse, diversas ramificaciones se establecieron, adjudicándose, como cabe esperar en estos casos, ser portadoras del Verdadero Conocimiento; así nacieron La Orden Cabalística de la Rosa Cruz fundada por Stanislas de Guaita, La Orden de la Rosa Cruz Católica, La Sociedad Alquímica Rosacruciana, El Salón Rosacrucien, etc, etc, sin embargo un hecho es innegable: una gran cantidad de intelectuales han pertenecido a esta agrupación, tal es el caso de Newton, Goethe, Bacon, Sir Edward Bulwer Lytton y se dice que también Descártes y Leibniz pertenecieron a ella. Es manifiesto que el símbolo de la Cruz y de la Rosa es un emblema utilizado por los antiguos magos. Uno de sus sentidos más precisos es el alquímico.
Los griegos consagraban la rosa a Venus y con ello aludían a la transformación del Blanco -en la Gran Obra es un signo de que la Materia ha alcanzado cierto grado de fijeza- en Rojo. La palabra Rosa deriva del latín con una misma raíz que la palabra rocío el cual desempeña un papel fundamental en la Obra, aludiendo básicamente al “rocío de Mayo”, tan manifiesto en el extraordinario “Mutus Liber” de Altus. La Cruz, la cual desde el tiempo de los egipcios servía para simbolizar a los 4 elementos (Agua, Aire, Tierra y Fuego), alquímicamente, representaría la volatilización de la parte fija e ígnea de la materia (cruz y crisol proceden de la misma raíz).
En otro entendimiento del simbolismo, la rosa representaría el primer grado de regeneración e iniciación a los misterios a los que se llega a través de la cruz. Podríamos llenar páginas enteras del significado a través del símbolo de la Rosa y la Cruz, pero ese no es el caso, de lo que sí estoy seguro es que lo expuesto en los 3 manifiestos rosacrucianos pertenece a una innegable Tradición de gran antigüedad, transmitida en forma oculta a lo largo de los siglos y que aún en ésta época tiene una singular importancia en el devenir de los acontecimientos que se nos presentan día con día.