Mucho se ha hablado en los últimos años acerca de éste misterioso objeto el cual, según la Tradición Judeo-Cristiana, tuvo en su interior la sangre preciosa de Cristo cuando el centurión Longinos lo hirió en el costado, José de Arimatea fue el encargado de preservar la esencia del supuesto Hijo de Dios y desde esa época hasta la actual, éste objeto ha sido codiciado por muchos y al parecer, ninguno lo ha poseído. Los estudiosos han rebuscado la intimidad del Santo Grial desde la época de los primitivos cristianos hasta la parafernalia que constituyo el extrañísimo pasaje de nuestra Historia conocida como Nazismo.
Tanto visigodos, templarios, cátaros y los mismos nazis – por mencionar solo unos cuantos- se han autoproclamado poseedores de tan preciada reliquia, sin embargo, existen otros buscadores que única y exclusivamente lo asocian con un plano de enorme Trascendencia Espiritual. También hay quiénes lo tratan de vincular con un linaje real que probablemente dio orígen a la ignorada descendencia de Cristo y María Magdalena, en fin, hipótesis son muchas y realidades muy escasas.
A pesar de lo dicho anteriormente existe un capítulo lleno de misterio que involucra, nuevamente, a los altos jerarcas nazis: en el verano de 1931, un joven interesado en la historia de Occitania, llamado Otto Rahn se dedico a investigar por años los enclaves cátaros donde presumiblemente los visigodos dejaron escondida la Santa Reliquia, principalmente Montségur. Enviado tanto por Heinrich Himmler, el delirante ocultista de las SS, brazo derecho de Hitler y medievalista por demás convencido y por Alfred Rosemberg, racista, ideólogo e intelectual del Partido Nazi, Rahn se dedicó a investigar palmo a palmo los extraordinarios sitios donde se asentó el Catarismo, según se cuenta, el intelectual alemán encontró el objeto pero no como en forma de copa sino como un libro o tablillas de madera y/o piedra escritas en caracteres rúnicos, legado de aquélla mítica tierra llamada Hiperbórea, el investigador considero la palabra gradal (libro, en lengua occitana) en lugar de grasale (vaso) y por lo tanto el Grial no sería un vaso sino unas tablillas escritas que contendrían la historia perdida de los arios.
Este es un capítulo nebuloso, increíble, por demás interesante dentro de todo lo que se ha dicho acerca de éste extraño objeto. Actualmente se considera que el vaso que se encuentra en la catedral de Valencia es el verdadero Santo Grial. ¿Será esto cierto?. Personalmente lo dudo en demasía.