A primera vista, da la impresión que se trata de un sapo pero no, es un oso esculpido en Jade muy antiguo correspondiente a la Cultura Hongshan. El animal en cuestión es de una complexión robusta, se halla descansando en sus Patas traseras, la Cabeza es redonda, los rasgos anatómicos de la misma son sencillos pero dan la forma deseada por el escultor, destacan las Orejas levantadas y discretamente grandes.
Seguramente se trata de un Oso Panda, el animal más tradicional de esta cultura.