Vislumbrados en todas las culturas y por ende en todas las latitudes, los llamados Seres Feéricos no son más que los Espíritus de la Naturaleza de los que tanto nos hablaron los ocultistas, alquimistas y esoteristas de todas las épocas; encontramos en ellos a los Gnomos, Duendes, Sílfides, Hadas, Elfos y demás entes cuya acción es la de cuidar la VERDADERA representación de la Deidad en nuestro mundo, con toda su magnificencia y esplendor, como lo sabemos, estas entidades tiene la enorme posibilidad de materializarse a los humanos en determinadas condiciones; en toda su expresión, podemos hallarlos en los sentimientos religiosos primitivos animistas, como personificación de la fuerza y poder de la Madre Naturaleza pero TAMBIEN como posibles entidades de otro Espacio-Tiempo que, en su momento, interfieren en nuestra absurda concepción de la Realidad para contactarse con nosotros.
Ya Paracelso, el Reverendo Robert Kirk, Jacques Vallee, Salvador Freixedo, John Keel, y demás estudiosos de esa Otra Realidad han hecho mención, continuamente, de estos seres. Sería infinitamente largo escribir sobre estos, por el momento nos concretaremos solo a mencionarlos muy brevemente.