Inocencio X fue uno de los tantos obscuros Papas que llegaron a la sede vaticana sin ningún mérito propio. Se le consideraba en aquellas épocas como un seguidor del Mal así como permisivo ya que una mujer, llamada Olimpia Maidalchini, cuñada de él, se adueño prácticamente de las finanzas vaticanas llegando a amasar una cuantiosa fortuna a base de sobornos que cobraba a los feligreses. Se llego incluso a conocer con el sobrenombre de “La Papisa” dada su influencia en el Vaticano y además de ser amante de Inocencio X. En esa época, además de su interés desmedido en el dinero, Olimpia llenó la llamada “Santa Sede” (¿¿¿???) de singulares personajes: espías, traficantes de influencias, prostitutas, homosexuales, cultivadores de saberes ocultos, falsificadores, incluidos algunos satanistas huidos de la entonces libertina corte francesa que estaba religiosa y políticamente controlada por el rival número uno de Inocencio: el todopoderos cardenal Mazzarino.
Maidalchini también fue conocida como la “Cleopatra del Vaticano”, dadas sus dotes y experiencia en el arte amatorio de la que el emperador vaticano en cuestión fue incapaz de eludir. Este personaje es uno de los tantos que han hecho este coto de poder más terráqueo que celestial…..¿ o no lo creen así?……