Obra llena de simbolismos. Paul Eluard fue una figura determinante en la vida del Maestro ya que la esposa de aquél se transformó en la propia de Dalí y no solo eso, sino que fue su musa y tal vez lo más importante, la figura materna que tanta falta le hizo. En este cuadro encontramos un sinnúmero de imágenes de fuerte significado: en la frente del poeta observamos unas manos que se encuentran aplastando a un insecto volátil del cual salen sus alas hacia las sienes de Eluard. En el extremos superior derecho, volvemos a encontrarnos con esa simbólica cabeza de león, tan frecuente verla en éste fructifero periódo artístico del Maestro, cuyo significado rebasa el Erotismo y la Líbido desbordada la cual se encuentra de frente con una cara sonriente realizada en cerámica, que en su parte posterior se halla hueca y se asienta en su extremo inferior una aparente fruta.
La cara del surrealista muestra una perturbadora serenidad, en la parte izquierda de su Tórax se localiza una cara que parece decirle algo, continuándose hacia abajo con la correspondiente de un animal, un bosque, e imágenes semejantes a cavidades. Por el lado derecho, se asoma una mano que con el dedo anular perfora discretamente el abdomen de un saltamontes el cual se adosa a una de esas famosas hemicaras durmentes de cuya cavidad bucal se insinúan un acumulo de hormigas, siímbolos del Miedo y la Sexualidad. En la parte inferior del busto hallamos unas conchas de crustáceos y al lado una pequeña figura humana. En la parte más inferior de la figura, observamos una especie de piedra de donde protruyen 2 manos que se entrelazan entre sí y de las que se desprenden unos cabellos que van hacia una roca localizada en el desolado paisaje, al fondo en el horizonte, encontramos una pequeña figura de un hombre con un niño – la desolada y solitaria imagen de Dalí con su padre -, por el lado derecho, se presenta una forma alargada, aparentemente fálica a la que llegan a incrustarse pequeñas formas alargadas siendo observadas por varias personas, más cercanos se encuentran 2 hombres que con los brazos estirados tratan de alcanzar o encontrar algo.
Como comentábamos con anterioridad, el paisaje es solitario, triste de color rosa-violáceo con intersección de sombras. El cielo es de un azul pálido al que se interpone una claridad manifiesta. En este pequeño pero gran trabajo, Dalí plasma sus más íntimas obsesiones, retratadas como el Miedo, La Sexualidad, La Líbido, La Soledad y sobre todo su interés por el Psicoanálisis Freudiano. “El Retrato de Paul Eluard” fue creado también en 1929 como “El Gran Masturbador”. Oleo sobre cartón. 33 cms x 25 cms. Actualmente forma parte de una Colección Privada.