Con un sobresaliente manejo de las luces y sombras -un rayo de Sol atravesando una ventana y alumbrando las figuras-, El Pintor nos regala una composición pictórica que culminara con sus famosas “Cestas de Pan” de años posteriores. En éste óleo sobre madera de 16.8 cms. x 32 cms., observamos un fondo de pared obscuro, con un discreto destello luminoso que nos da a saber que esta tiene un color verde. Hay una mesa de tonalidad café que se va aclarado conforme el rayo de Sol incide sobre las figuras principales, matizando la superficie con un tono amarillo. observamos un pedazo de pan portugués envuelto en un lienzo o servilleta por su extremo distal cuya superficie hace contacto con el extremo proximal de un baguette en cuya corteza, casi en su extremo proximal, presenta 2 huevos fritos de los cuales uno de ellos presenta la clara a punto de caer. Las sombras, luces y contornos de las figuras son de un realismo magnificente.
Para El Maestro, los huevos fritos siempre fueron una imagen “……..perpetuamente alucinante…..”, afirmaba ser capaz de reproducirla a voluntad cerrando los ojos y oprimiéndolos levemente con los puños, por tal motivo los huevos fritos aparecen continuamente en sus obras de este período, por otra parte, la aparente sodomizacion del pan francés a su contraparte no es más que el reflejo de las profundas perturbaciones psico-sexuales que manifestó Dalí a lo largo de toda su vida. Colección Takahashi – Shoji. Tokio. Japón.