Durante el Quattrocento existieron muy escasos escultores-retratistas de los cuales merece un lugar aparte Verrochio. Cuando estuvo al servicio de los Medici, el escultor trató de resaltar el parecido físico y la personalidad del retratado en la obra final. Al parecer lo logró, en éste caso, con la excepcional escultura-retrato realizada a la efigie de Giuliano de Medici en donde es plasmada la inigualable capacidad del artista para caracterizar rasgos y establecer relaciones armoniosas con el trabajo efectuado, otorgando a su estilo formas artísticas angulosas y duras, una evidente muestra del retrato psicológico, teniendo como sobresaliente resultado una caracterización de un altivo y joven individuo cuya imágen coincide en el cómo se quería ver el retratado. Cabe señalar aparte, el extraordinario trabajo realizado por el escultor en la concepción del tallado y esculpido de la región pectoral de Giuliano.
Este busto, de 61 cms. de altura, realizado en terracota, se encuentra en el National Gallery of Art de Washington