La primera imágen de la bóveda celeste completa fue captada por el telescopio de la Misión Espacial Planck. En la imágen, cuya calidad ha despertado gran curiosidad e interés en diversos ámbiitos, la Vía Láctea se observa, en una disposición central, como una línea luminosa rodeada de una nubosidad de partículas y gas, donde tiene cabida la formación y extinción de estrellas. Los puntos rojizos que se llegan a observar a los extremos son radiaciones cósmicas que al ser estudiadas darán nuevos conocimientos a las preguntas sobre la creación y evolución del Universo.
La Agencia Espacial Europea (ESA), encargada del proyecto, pretende realizar un mapeo del cielo interestelar y recabar datos sobre la Radiación Cósmica de Fondo de Microondas (CMBR), la luz más antigua del Universo, ya que son los residuos que quedaron tras el Big-Bang al formarse el Espacio hace 13,700 millones de años. Planck, en órbita desde mayo del 2009, junto con el satélite Herschel, recolectará e identificará datos del CMBR, que en la imágen se muestra como un fondo rojizo.
Esta información permitirá estudiar a nueva escala y con una profundidad nunca vista, nuestro Universo.