Estilizada en una forma más que evidente, esta escultura de una ave muestra el grado de excelencia que guardan los escultores chinos, sobre todo en la técnica de pulir las superficies trabajadas. Tallada en Jade, la forma es de un pájaro -tal vez un cisne o pato- el cual presenta un Cuerpo más que robusto, de forma triangular que se extiende en un largo Cuello finalizando en una Cabeza puntiaguda, la cual también, como en otra obra previamente presentada, se halla dirigida hacia atrás. Las probables Patas sirven como base para sustentar este trabajo.
Las huellas del Tiempo han dejado su marca en la superficie de la escultura, hecho que no afecta la real belleza de la obra.