Una de las figuras más sucias y controvertidas en la historia de los llamados Papas – más bien, emperadores vaticanos – es la de Eugenio María Giuseppe Giovanni Pacelli alias Pío XII, un hombre convenenciero y temeroso que lo mismo apoyo a Francisco Franco en España como al dictador dominicano Trujillo, sin embargo fue un aliado importantísimo y fiel de un hombre obscuro, gran estratega, antisemita y sobre todo, gran conocedor de las Ciencias Ocultas, el cual estuvo a punto de apoderarse del mundo: Adolfo Hitler.
El 6 de Marzo de 1939, 4 días después de haber sido elegido como Papa, Pacelli le envió un mensaje al más que enigmático dictador alemán en los términos siguientes: “………Al ilustre Herr Adolf Hitler, Führer y Canciller del Reich alemán. Al inicio de nuestro sagrado pontificado,nos desearíamos garantizarle que seguimos consagrados al bienestar del pueblo alemán confiado sabiamente a vuestra dirección. Por él imploramos a Dios Todopoderoso que le conceda la felicidad auténtica que emana de la religión. Recordamos con sumo agrado los muchos días que pasamos en Alemania en calidad de Nuncio Apostólico, época en la que hicimos todo loo que estaba dentro de nuestro poder para establecer relaciones armoniosas entre la Iglesia y el Estado. Ahora que las responsabilidades de nuestra función pastoral han incrementado nuestras oportunidades, oramos mucho más fervorosamente para alcanzar dicho objetivo. Hacemos votos para que, con la ayuda de Dios, el pueblo alemán disfrute de prosperidad y progreso…….”. Esta es solo una parte, mínima, de las múltiples estrategias y alianzas que utilizó Pio XII para que no se vieran afectados los intereses, leáse dinero, bancos, inmobiliarias, placeres, conspiraciones contra otras religiones, trata de personas, latrocinios, poder y demás pestilentes juegos vaticanos ante la embestida del Tercer Reich. Existen muchas….muchas más.