Hace ya algunos años, en esta misma sección, nos referíamos brevemente al extraordinario caso del ser acuático llamado Elysia chlorotica (ver artículo), tanto animal como planta, ya que su organismo puede sintetizar Clorofila, pigmento esencial para llevar a cabo el bello y trascendental fenómeno de la Fotosíntesis, ahora en inicio del 2015 se confirma lo que la genetista Nancy Moran de la Universidad de Yale en USA había pronosticado en 2010, que los pequeños insectos conocidos como pulgones (Acyrthosiphon pisum) poseen genes para la producción de pigmentos carotenoides, sustancias esenciales para la Fotosíntesis. Ahora, biólogos del Sophia Agrobiotech Institute en Francia, confirmaron esta teoría y expusieron que tales pigmentos puedan absorber la luz solar y transformarla en energía química para generar los elementos orgánicos para su desarrollo, es decir, llevar a cabo la Fotosíntesis.
Una de las razones más válidas para considerar esto es que dichos pigmentos se encuentran bajo la cutícula del insecto, poniéndolos en la posición perfecta para capturar los rayos solares. Otra característica muy importante es que las moléculas de Adenosintrifosfato (ATP) aumentan cuando los insectos están expuestos a la luz solar y disminuyen cuando desaparece esta, tal vez, los pulgones necesitan sintetizar luz para utilizarla como una opción más frente a situaciones ambientales y de seguridad diversas. La Madre Naturaleza no deja de darnos sorpresas