Como la gran mayoría de la esculturas etrusco-romanas, esta también se encuentra sin autoría conocida. Datada en el siglo V A. de C., fue descubierta en 1835 enterrada junto al Convento de Montesanto cerca del poblado de Todi en la provincia de Perugia. Fue donada al Templo de Ares por el etrusco Ahal Trutitis y en ella la representación del Dios Marte es de una práctica ritualística antes de la batalla. También presenta una fuerte influencia helenística, realizada en bronce, de 1.41 mts. de altura, sujeta una lanza con la mano izquierda y una taza con la derecha (actualmente, dicha estatua no presenta los 2 objetos los cuales se exhiben aparte en el Museo Vaticano que es donde se encuentra dicha escultura), también posee una coraza protectora. Quién la dono escribió en umbro y etrusco la dedicatoria, además portaba un caso y estaba sostenida en un pedestal, ambos, sin ser encontrados hasta la fecha. Los ojos, para realzarlos, se encontraban tallados en plata.
Pos su estado al ser descubierta, se cree que sufrió el embate de un rayo. Esta es una representación temprana de Marte, el Dios de la Guerra.