La representación del primer emperador romano, César Augusto, es una extraordinaria muestra de relevante arte escultórico. Descubierta el 20 de abril de 1863 en la Villa de Augusto en Prima Porta, localidad cercana a Roma, se constituye en una copia de un trabajo anterior esculpido en bronce y oro. Actualmente forma parte de una de las salas de los museos vaticanos. El trabajo es una imágen idealizada del emperador en donde el artista creo diagonales perfectas entre los miembros tensos y los relajados, constituyendose en un rasgo típico de la esclutura clásica romana. Observamos una figura en bulto, redondeada, tallada en mármol y que aún conserva rasgos de policromía (dorado, azul, púrpura y otros colores), representando al emperador como thoracatus – jefe supremo del ejército romano -, de pie, con indumentaria militar, sosteniendo un bastón de mando consular y levantado su extremidad superior derecha; su coraza manifiesta relieves alusivos a diversos dioses romanos destacandose Marte, así como a las personificaciones de los distintos territorios conquistados (Hispania, Germania, Galia, etc, etc, ), sobre ellos el Carro del Sol se puede observar. Llama la atención que Augusto se encuentra descalzo cual dios del Olimpo y adyacente a su pierna derecha se halla un Cupido que cabalga a un delfín, simbolizando la inmortalidad como heredero de la Diosa Venus a través de Eneas.
La estatua se encuentra inspirada en el Doriforo de Policleto, pero a pesar de la influencia republicana, el estilo se acerca más al breve descripción, la estatua se encuidealismo helénico. También debemos mencionar la importante influencia e inspiración griega que sirvió a los emperadores romanos como un claro instrumento de propaganda gubernamental (el emperador era un ser excepcional, equiparable a los antiguos héroes mitológicos e incluso, digno de ascender a la divinidad del Olimpo)
Como comentabamos al inicio de esta entra en el Vaticano con una altura de 2.04 mts. y tallada aproximadamente en el año 20 d. de C.