Esta pintura también representa la faceta más conocida, relativamente, del Maestro, El Onirísmo, fue creada en 1937 para un millonario británico que fungió por un tiempo -1936 a 1939- como el mecenas del Pintor. La temática esta basada en un aspecto que fascinó a Los Surrealistas: el Mundo de los Sueños (influidos, definitivamente, por los estudios de Sigmund Freud). Ellos creían que la libertad del Subconsciente en el sueño podría ser usado en la vida diaria en forma creativa. La pintura nos manifiesta un cambio marcado, evidente, del colapso del cuerpo cuando duerme, en un estado, supuestamente, separado del Ser. Contrastando con el cielo de color azul profundo del Verano, se encuentra una enorme, pero separada cabeza del cuerpo con cuencas orbitarias vacías y suspendida por varias muletas que la elevan del suelo.
La cabeza parece blanda, vulnerable y distorsionada. Quiere ser una representación de García Lorca, cuando éste dormitaba plácidamente en las limpias arenas de Cadaqués, cuando visitaba al entonces joven pintor. En el lejano horizonte se aprecia esa costa, una barcaza, una mujer de espaldas y un perro también dormido y sostenido por una muleta, a la derecha y al fondo se halla una construcción propia de la zona costera. Las muletas parecen desempeñar la importante función de evitar la desintegración de la cabeza. Estas jugaron también, como otros objetos, un importante papel en la obra pictórica de Dalí y como dijese “……. el sueño es un enorme monstruo sostenido por las muletas de la Realidad….”. Es conveniente recordar que este cuadro tiene como antecedente a “El Gran Masturbador” (ver reseña en esta misma sección). Obra onírica, perpleja y hasta cierto punto desquiciante.
Oleo sobre lienzo. 51 cms. x 78 cms. Colección Privada.