En una más que evidente evocación a las teorías freudianas. Dalí plasmo en este multifacéctico y multicolorido cuadro, la referencia de Gala hacia un sueño que tuvo, Es por demás importante señalar que esta Obra es la primera referencia ilustrada al descubrimiento de Sigmund Freud acerca de que cualquier estímulo externo puede ser la causa de un sueño. En este cuadro observamos que la granada actúa como un catalìtico de ese estado onírico, de su piel rota surgen semillas así como un pez de cuyo hocico emerge un tigre del cual sale otro y, presumiblemente, de este último carnívoro, un riflle cuyo extremo puntiagudo, cual bayoneta se tratase, está a punto de herir la cara interna del brazo derecho de Gala. La musa se encuentra dormida sobre una superficie rocosa de aspecto marmóleo, en la costa cadaquense en donde un mar azul brillante, reflejo del cielo, hace acto de presencia; en el horizonte se vislumbra la claridad del Sol por venir así como un elefante de largas y delgadas patas, en cuyo lomo asienta una piedra de forma triangular parecida al cuarzo, a la derecha de esa imágen, una tenue luna así como parte de acantilados. En la parte inferior del cuerpo de Gala, se aprecia una granada integra a la que circunda una abeja en pleno vuelo. Aquí no es la abeja la que pica a Gala, sino la punta delgada del rifle la que ocasiona su brusco despertar.
Una muestra inobjetable de la influencia de las teorías freudianas en el trabajo del Pintor.
Oleo sobre tela. Creado en 1944, con medidas de 51 cms x 40.5 cms. Museo Thyssen en Lugano.