Técnica de construcción de la Antigua Roma en la que una mampostería de un Ladrillo se utiliza para cubrir el centro de Hormigón Romano, en este caso, las hojas de aquél se trababan con el núcleo de Cemento por la forma de disponer las piezas triangulares, en que se cortaban los numerosos ladrillos con uno de los ángulos dirigido hacia el interior del muro, así el núcleo era el elemento de resistencia y el Ladrillo venía a ser prácticamente el revestimiento.
Es considerado el método principal de construcción de paredes en la Epoca Imperial.