Esta es una variante por demás interesante de los característicos niños olmecas en posición sentada -regordetes, con cabeza piriforme y bien trabajados desde el punto de vista escultórico. En este trabajo observamos a un niño gateando, sus dimensiones corporales, a diferencia de la mayoría, se hallan proporcionadas a las correspondientes a un cuerpo normal, manifestando cierta delgadez, principalmente de las extremidades.
Se encuentra apoyado sobre su mano izquierda y la derecha, aparentemente, se la lleva a la boca. Su cabeza sigue siendo piriforme con los mismos rasgos que los previos, destacándose los ojos rasgados. De color blanco y elaborado con arcilla, constituye una excelente muestra de la diversidad artística de este extraordinario y enigmático pueblo.