Esta notable escultura, elaborada en terracota entre el siglo XIII y XVI en Mali, muestra la representación de una madre con su hijo. La mujer se encuentra rapada, hincada en una rodilla, de complexión delgada, extremidades superiores e inferiores largas y también delgadas. La cara esta bien trabajada con las estructuras faciales manifiestas así como labios gruesos, característicos de esta raza, resalta la protuberancia del mentón, aparentemente los senos son largos y del cuello cuelga un collar. Sobre su regazo, se observa una figura infantil, también sin cabello, con una quijada que hace protrusión. Ambas figuras se asientan en una base del mismo material.
La figura de una madre con el hijo es una de las representaciones más antiguas en la historia de la Humanidad y por lo tanto que más respeto hacían llegar a la comunidad. Esta pieza forma parte, actualmente, de una colección privada.