Dentro de los 2,500 y 2,000 años A. de C. esta espléndida muestra del Arte Mesopotámico, manifiesta una clara presencia del tipo étnico semítico. También encontramos en ella la característica propia del cuello largo, el afilamiento nasal y la boca pequeña, además, el cabello se encuentra distribuido equitativamente, aunque en la frente parece delimitarlo una cinta, la barba, bien delineada y terminada en punta, manifiesta una clara tendencia de la etapa temprana mesopotámica, sorprende la marcada expresión facial como si la cara tuviese vida,esto dado por los ojos los cuales en su cavidad orbitaria, se encuentran llenos de betún (derivado del petróleo) así como de la delicada disposición de fragmentos de conchas de moluscos y fragmentos en forma de disco de lapislázuli para formar el Iris.
Esta es una magnífica muestra de temprana sensibilidad artística tan presente en los pueblos colindantes a los ríos Tigris y Eúfrates. Realizada en alabastros yesosos.