Es de sobra conocida la solidaridad del pueblo cubano con aquellos países que han sufrido alguna calamidad sea esta de índole natural o provocada por la estupidez humana. Tarek William Saab, “el poeta de la revolución bolivariana” es más que eso, es un humanista comprometido por la realidad humana, por eso el malogrado Presidente Chávez siempre tuvo un gran respeto por su persona. Fue el 8 de octubre del 2005 cuando las cordilleras adyacentes al Himalaya se estremecieron por un brutal terremoto que dejo sepultadas aldeas remotas por cientos y miles de personas muertas, heridas o sin hogar en el territorio pakistaní.
La Brigada Henry Reeve – en honor del mambí norteamericano que luchó en Cuba en 1876 – constituida por médicos, humanistas caribeños fue el grupo al que se unió el poeta, alentados por el líder F idel Castro Ruz para llevar a cabo su loable labor en tierras pakistaníes. Por las páginas del libro, entre emotiva prosa y bellos poemas, conocemos las vivencias de este pueblo indómito que fue conocido y respetado por el mismísimo Alejandro Magno en su paso a la conquista del Mundo, léemos las crónicas de Balakot, con cientos de gentes deambulando sin hogar, niños hambrientos, huérfanos, hombres que perdieron a sus familias completas, viudas, viudos, los campos de refugiados en Manshera, Chatar Plain, Battal, las experiencias de Sugra, Mir Osancha, Gulan Rubam, un jóven veinteañero que sufre psiquiátricamente los efectos de la tragedia, la imágen de Sara Kipur cuyo cadáver se encuentra flotando en la corriente de un río a semejanza de un tronco, los testimonios de los internacionalistas como Irene Garrotes. Liane Casas, Rolando Naranjo, Miriam Soto, la construcción de los hospitales de campaña en donde se atiende sin parar a sinfín de dolientes de la catástrofe. Es muy importante señalar que estos brigadistas, en número total de 2,500 médicos, atendieron cerca de 420,000 pacientes, realizando 4,500 cirugías de diversa índole así como atender brotes de enfermedades infecto-contagiosas como Hepatítis, Fiebre Tifoidea, enfermedades respiratorias , gastrointestinales, dermatológicas y de otra índole. En la página 65, podemos leer el memorable encuentro entre el poeta bolivariano y Salim Kahn junto con su hijo, Moserhan, admiradores verdaderos de la Revolución Cubana.
Recordamos el poblado de Akorakhattak, tierra del poeta pashto Khushalkhan Khattak, sumamente reconocido en Irán por su extensa obra literaria, las posteriores vivencias con los brigadistas y finalmente, el regreso a Cuba. “Los niños del infortunio” se constituye en un trabajo espléndido en donde se muestra la verdadera solidaridad de un pueblo hacia otro, dejando a un lado, idioma, raza, creencias religiosas y forma de gobierno.
COMENTARIO
Un emotivo, espléndido trabajo por Tarek William en donde se retrata perfectamente, por un lado el drama y dolor humano y por el otro, la solidaridad del Hombre hacia el Hombre. Ya sea Angola, Mozambique, Martinica, Nicaragua, Panamá, etc, etc, los internacionalistas cubanos se solidarizan con las necesidades humanas. Desconozco que esta sea una forma de “intervencionsimo” y que los líderes político caribeños obtengan alguna beneficio sobre estas acciones. No es mi finalidad juzgar esto.