Como ya habíamos comentado con anterioridad, existe un gran polimorfismo en cuanto a las estructuras esculpidas en esta vasta zona arqueológica. En su momento nos referimos a las esculturas de carácter zoomorfo, características de la zona, sin bien el cocodrilo es un hallazgo común, también el sapo es posible encontrarlo e identificarlo con las divinidades de la lluvia.
En estas obras encontramos una figura redonda, regordeta, bien tallada, con las líneas y surcos corporales bien trazados, contínuos, la imágen característica del anfibio se hace presente, su mirada se encuentra dirigida hacia el cielo, como si esperase la lluvia, es posible encontrarlo al pie de escalinatas. la piedra, a diferencia de otras figuras, se encuentra en buenas condiciones, con escaso grado de erosión.
Se ha clasificado como Monumento 68 y se corresponde al Periódo Preclásico Medio. Constituye una de las esculturas zoomorficas principales.