Es totalmente cierto e inobjetable. En México no se lée, y si se realiza esta loable actividad, es con cuentos, revistas de chismes, chistes y algún dizque periódico de dudosa credibilidad. Las causas son muy diversas, pero ¿saben cuanto cuesta un buen libro?, pongo de ejemplo “El Gran Diseño” de Stephen Hawking y coautor, cuyo precio oscila en un poco más de $300.00. Para una familia obrera, con ése dinero ¿que le sería más importante?, ¿comer o leer?. Invariablemente lo primero. Aunque alguien me dirá que existen ediciones baratas de los numerosos libros llamados clásicos, es cierto, pero muchos se encuentran reducidos solo a resúmenes y de una calidad no muy aceptable.
En definitiva,”la prole”, término adjudicado a la gente pobre -la mayoría de los mexicanos-, por una joven estúpida, superficial, adicta a la vida fácil e irresponsable, nos demuestra de una manera más que contundente el sentir de los poderosos en relación con los que nada o poco tienen. Estoy completamente seguro en un 100% que dentro de esa “prole” existe gente con gran capacidad intelectual y de trabajo que por sus condiciones socio-económicas no pude tener acceso a muchas satisfactores, ya ni se diga a un buen libro.
Todos los incontables recursos que se regalan a presidentes municipales, diputados, senadores, campañas electoreras (no electorales), a los ineptos parásitos del IFE, acarreados, compra de votos, etc,e etc, deberían estar destinados a una Educación y por ende Cultura de alto nivel. Para muestra un botón: existe un compañero mío de la Primaria que terminó hasta 5° año y fue expulsado por su comportamiento delictivo dedicandose a la venta de cubetas de plástico y peltre, ahora es un millonario diputado federal (así, con minúsculas) con numerosas sucursales que venden estos artículos.
¿Hasta cuando llegara el límite de nuestra tolerancia?.