Creada en 1937, “La Mujer en Llamas” es una escultura que toma la forma de la figura representada en la pintura “La Jirafa Ardiendo” (1936-37), la escultura en cuestión fue elaborada en bronce plateado con una altura de 65 cms. Las llamas pueden observarse emergiendo de la parte inferior del vestido de la mujer y las lineas que surgen de esa misma parte dan la impresión que son flamas y el cuerpo completo de fuego. Ella lleva una mano hacia su boca como dando la caracterización de evitar gritar o de asombro ante algo terreible, su contraparte está extendida como si de parar o evitar algo que está por venir. La parte posterior presenta unos salientes que se contnúan con las muletas que sirven como sostén al cuerpo demasiado arqueado. El Maestro interpretó la escultura como una premonición de la guerra por venir. Como en la pintura correspondiente, la escultura presenta una serie de cajones en la parte anterior de su pierna izquierda así como en el abdómen y tórax (es conveniente recordar que Dalí empezó a crear cajones dentro de los cuerpos como un juego que en idioma Inglés se conoce como “tórax de cajones”). Haciendo los cajones parte del cuerpo humano, ejemplificó los deseos escondidos y reprimidos -concepto en demasía freudiano-, así como los orificios naturales que Dalí, con su naturaleza escatológica, tantas veces observó.
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