Esta representación se constituye en una de las más primitivas formas de Arte Sumerio. Nammu es la Diosa del Abismo, del Agua, del Mar Primitivo, también del Cielo y la Tierra. Es considerada como una de las primeras, si no la primera deidad sumeria, dentro de la vasta Cosmología de este sorprendente pueblo, también es la madre de todos los dioses y la mujer de An. Es la madre de Enki al cual le pide que de origen a sirvientes para que sirvan a los dioses y es así como con la ayuda de Ki crea al Hombre. La imagen que tenemos de ella es en Arcilla, una figura estilizada, con cara reptiliana, que presenta en su estructura deterioro del Tiempo.
De hecho, por estas características en su fisonomía se le consideraba también como la Diosa-Serpiente, Protectora de los Abismos. Desafortunadamente, algunos vivales y charlatanes han considerado a esta figura como una “representación” clave del pasado reptiliano del Hombre, que según sus “investigaciones” nos llevan a considerar el supuesto contacto de los primeros humanos con seres procedentes del Espacio Exterior con estas características morfológicas. (¿¿¿¿???).