Dan Brown, como buen estadounidense, aprovecho el extraordinario trabajo periodístico de Leigh, Lincoln y Baigent, plasmado en su monumental obra “El Enigma Sagrado”, para copiar la mayoría de la historia en su novela “El Código Da Vinci” la cual se constituyo en un enorme éxito editorial y de taquilla. Sobre el “trabajo sucio” de éste tipo -como dirían los gringos “dirty work”– , al presentarse la demanda por el autor principal de la obra, los jueces, obviamente estadounidenses, fallaron a favor de Brown, lo cierto es que a partir del fenómeno que constituyó ésta novela, cientos de autores, en la mayoría de los casos desconocidos, empezaron a crear sus propias parafernalias con títulos tales como : “Detrás del Código Da Vinci”, “Lo que no se dijo del Código da Vinci”, “Más allá del Código Da Vinci”, etc, etc, es más, algunos se atrevieron a hacer mención de otros ilustrísimos intelectuales anteriores a nosotros como Issac Newton, Pitágoras, Mozart, etc, con sus propios “códigos” o “secretos”, todos ellos perfectamente guardados.
Varios hechos son ciertos: Jesucristo existió y fue un hombre como cualquier otro: comía, bebía, dormía, tenía deseos sexuales y muy probablemente, tuvo relación con María Magdalena,-en la actualidad otro objeto de culto entre autores, feministas y pseudohistoriadores irresponsables-, si tuvo descendencia, lo cual es lo más natural, muy bien pudiese prevalecer en lo que se llama “La Sangre Real” en algunas monarquías europeas, esto no tiene por que sorprendernos sí muchos de los acontecimientos que sucedieron alrededor de ésta pareja se encuentran representados en forma de claves y se hallan en distintos lugares de Europa. La estúpida actitud del Vaticano sobre ésta interesantísima cuestión no cambiara en muchísimos años: para éste coto de poder, Jesucristo es el Hijo de Dios y como tal es de carácter divino, ninguna manifestación humana, ninguna manifestación de su sexo se puede presentar en él.
La imagen de Cristo es, tal vez, la más vendida en playeras, posters, cuadros, pinturas, sin que, desgraciadamente, se conozca su real trascendencia histórica ( no como lo han inculcado las distintas religiones que lo toman como estandarte). Cristo es el Gran Desconocido, más aún en nuestro tiempo. Por otra parte, la gran controversia que se ha manifestado en torno a la misteriosa sociedad secreta del Priorato de Sion no debe porqué NO EXISTIR: todos los gobiernos, monarquías, y demás conglomerados humanos pasados y presentes tiene en su haber grupos de individuos que guardan celosamente secretos que no deben ser divulgados al común de la gente. Ejemplos hay muchísimos por lo que es intrascendente tocar más a fondo éste apasionante tema, sin embargo algo es cierto:
Cristo fue un ser humano, con virtudes y defectos, que haya sido manejado o manipulado por vivales es lo más despreciable que pudo haberle sucedido.