Nacido en Yorkshire en 1736 y fallecido en 1829 fue un inglés que desde niño tuvo una extraña fascinación por los animales y un extraordinario talento para amaestrarlos, al grado de que a su escuela asistía acompañado de un cuervo y un puercoespín entrenados para seguirlo a todos lados. Siendo adulto domo a un toro al que nombró Júpiter para que le sirviera de montura -como si se tratase de un caballo- y lo utilizó también para tirar de un carruaje construído con mimbre y diseñado en ¡forma de cebolla!. Le gustaba la cacería del zorro montado en su toro, pero en vez de sabuesos lo seguía una pequeña manada de ¡cerdos!.
El monarca Jorge III supo de sus extravagancias y lo invitó a visitarlo a Londres, James llegó vestido con ropas muy vistosas y extravagantes, gananándose la simpatía del monarca a quién pidió devolverle la visita a su granja para compartir una buena botella de brandy, el rey, agradecido le hizo regalar varias botellas de su cava. En la actualidad, existe un pub en Rawcliffe que lo honra llevando su nombre.