Una de las representaciones más evocadoras, antiguas y bien conservadas es esta, esculpida en Arcilla, entre los años 2,000 y 1,800 A.C. en donde podemos observar una antigua diosa alada que representa tanto a la Fertilidad como a la Divinidad Celeste. La figura se encuentra trabajada en un bloque de Arcilla en donde se delinea el delicado y bien proporcionado cuerpo femenino, con sus ondulaciones propias presentes en las caderas así como en la Región Mamaria, en donde los senos se observan turgentes, el ombligo es circular y profundo, la zona púbica y las piernas son simétricas largas y casi en la parte terminal de estas, se encuentran unas especies de pequeñas alas, los pies terminan en una especie de garras, quizás evocando a las patas de las aves, dichas garras se apoyan en la parte distal del cuerpo de 2 cabras de las que sobresalen sus largos cuernos.
Los brazos se encuentran levantados, la cabeza con un tocado de aspecto triangular el cual le otorga su atributo divino, las facciones son rusticas y del tocado parecen descender 2 adornos esféricos a nivel de las orejas. El atributo más importante de la escultura se observa en la parte posterior del cuerpo: un par de alas reposadas. Esta escultura mostrando un cuerpo femenino bello así como el gesto dado por los brazos -¿acaso una bendición o saludo?- nos acercan al concepto de la primitiva divinidad representado por este magnífico trabajo. Se encuentra en el Museo de Louvre en París.