Siempre he considerado que la Historia JAMAS ha sido y será RACIONAL, los racionalistas son los historiadores que ante dádivas económicas, políticas o bien, por intereses propios, la manejan a su antojo. En 1905, el gran pensador y filósofo español Don Miguel de Unamuno en su magnífico trabajo “En torno al Casticismo” hacia referencia a un término llamado Intrahistoria, contraparte contundente de la denominada Historia Oficial en la que se mencionan los hechos tradicionales, cotidianos, QUE NO PERTURBAN A LOS INTERESES CREADOS, que sirven de “decoración” a las verdaderas manifestaciones del fenómeno histórico y que es pagada por los gobiernos a los medios de comunicación, háblese de periódicos, televisión, radio, etc, etc. para ser controlada y que no se difunda. La Intrahistoria, sin embargo, es todo aquello QUE OCURRE REALMENTE PERO NO SE PUBLICA DEBIDO A INTERESES CREADOS, en pocas palabras la Intrahistoria es la sombra. “el lado oculto” de la Historia Oficial.
Otros investigadores como Maria Dolores Pérez Murillo tratan de relacionar éste importante término con la Historiografía de los colectivo marginados y que tiende a relacionarse con la Tradición Oral y las llamadas Historias de Vida. ¿Ejemplos?, existen muchísimos: las intervenciones yankees en los más diversos países del mundo para apoderarase de recursos naturales en pos de “la Libertad y la Democracia”, los asesinatos, desapariciones y complicidades de elementos de Ejército Mexicano en la ola de violencia que asola desde hace años al país. Las intromisiones de países extranjeros para apoderarse de recursos naturales de México “barriendo” las poblaciones en donde se encuentran estos bajo la aprobación del Narcoestado Méxicano, la vida ostentosa y llena de lujos de los últimos dictadores comunistas del mundo.
Desde luego que no faltara alguien que tache a los investigadores de este lado nebuloso del Conocimiento Humano como “conspiradores”, “subversivos”, “infiltrados”, “anarquistas” etc, etc. pero es un hecho contundente que la Historia Oficial es una mera punta de un iceberg el cual oculta su enorme masa en un mar de intolerancia, manipulación, ignorancia y sobre todo, olvido.